martes, 12 de agosto de 2014

Una esperanza severamente rota

por Saleh Orouq*

Después de haber sido selecionado para una semana de escuela de verano en Nueva York de entre 15.000 aplicaciones -sí, más de 15.000 aplicaciones-, me contenté al extremo que no podía estudiar para mis exámenes finales. Me puse tan feliz que involuntariamente besé a mi hermano antes de contarle que había sido elegido. Corrí a besar a mis padres y mi hermano menor, también. A él le prometí comprarle el mejor obsequio que pudiera conseguir en los Estados Unidos.

Mis amigos, los de verdad, estaban tan felices que tuviera esta oportunidad única en la vida. Planeé tener hojas de papel en las cuales sus nombres estarían escritos y fotografiarlos frente a la Estatua de la Libertad. No sé por qué he sonreído con tan solo digitar la palabra "libertad".

Tan pronto terminé los exámenes, empecé el largo proceso de llenar la aplicación para la visa de los Estados Unidos. Me negué a tomar cursos para el semestre de verano de tal modo que tuviera espacio para terminar los procedimientos de viaje y disfrutar mi verano en una manera sin precedentes. Estaba confundido. No sabía qué escoger: la vía egipcia o la israelí. Por desgracia, no pude comprender que estoy viviendo en Gaza, lo que significa que ambas opciones son prohibidas, que hay que luchar para vivir confinado en tu país, o para decirlo de modo más preciso, en la prisión al aire libre más grande del mundo.

¿Cómo me atrevo a pensar en el viaje? ¿Cómo me atrevo a tener esperanza, incluso al tratarse de una semana? ¿Cómo me atrevo a pensar en libertad mientras estoy invadido por terroristas? Invadido por una entidad dispuesta a matar alrededor de MIL personas, herir alrededor de CINCO MIL otras, y dejar un número desconocido de víctimas bajo los escombros, a sangre fría, y en menos de tres semanas. ¿Acaso olvidé cómo mi primo MURIÓ mientras estaba esperando un permiso israelí para recibir tratamiento médico? ¿Cómo olvidé que murió en su lecho de enfermedad debido a su grave estado?

Los egipcios reclaman que los palestinos son responsables por la inestabilidad de Egipto. Israel pide una condena por el asesinato de tres adolescentes por parte de palestinos, sin siquiera una evidencia o una fotografía de los "fallecidos". Ambos países, como de costumbre, imponen el castigo colectivo en quien quiera que tenga sangre palestina corriendo por sus arterias.

Solamente no pude "aplicar" para un permiso para salir de la sitiada Gaza.

¿Quién en la Tierra siente cómo me siento? ¿Quién puede ver una vida más clara que yo? Sí, yo la veo brillar. ¿Sabes por qué? Porque esto es lo único que nos mantiene a nosotros, los palestinos, con vida. Si tratamos de contemplar y compadecernos sobre nuestros interminables problemas, habríamos muerto de un profundo duelo desde tiempos inmemorables. Y ahora solo me culpo a mi mismo por "pensar" en la posibilidad de respirar en otro lugar fuera de esta prisión. Debí haberlo notado en primer lugar a partir de la descripción dada para mi país en la lista de participantes: ¡Territorio Ocupado!

* Saleh Orouq, contribuyente invitado, vive en Gaza y ésta es la traducción de 'A severely dashed hope' cuya versión original se encuentra publicada en inglés aquí.

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