Persecución (1)

por Gonzalo andRés

- ¡Aló! ¡Qué fue! Verás, ya salieron.
- ¿Y qué hacen?
- Andando.
- ¿Y qué dicen?
- Algo del Víctor. Pero hay bulla y no oigo bien. El man empezó a darse zona. Ella no.
- No te acerques. ¡Pero no dejes de seguirles tampoco!
- Ya me pasé al frente.
- ¿Y qué hacen?
- Siguen caminando. Están cantando. Oye, esa man está camote.
- ¿Por qué?
- Ese man es un sapo. Como pana te digo, deja de buscarle...
- Dime qué están haciendo.
- Ahorita nada.
- ¿Seguro que no te vieron en el karaoke?
- ¡No! Ellos estaban abajo. Ñaño, no me creías... Aguanta, que se quedaron afuera de la parada.
- ¿Y entraste?
- No, estoy sentado en esos árboles del parque viendo lo que vacilan pues.
- Ya voy entonces.
- No, no. Ya están pagando. Y les alcanzó esa man del otro día.
- ¿Qué man, ve?
- La prima de la Majo. Estaba en el karaoke. Para que no me cachen, voy a colgar. Yo les sigo y te llamo después. Chao.
- ¡Esconderaste!
- ¡Sí, bestia! Claro. Chao.

Los cuatro adolescentes entraron al autobús, tres primero y uno después. El trío compartió asiento y una conversación en alto volumen mientras que el que iba solo los miraba de reojo a prudente distancia.