domingo, 2 de mayo de 2010

No todo lo que brilla es oro

por Gonzalo andRés

Hace unos minutos, el ruido de un motor me llamó a la ventana.

Frente a la puerta de mi casa, un fulano quiere que una chica se suba a un cuadrón con él. Parecen conocerse (se tratan por sus nombres), pero ella no quiere. Mientras se lo pide, sigue haciendo sonar el motor. Un niño pasa cerca con su cochecito y el fulano le dice 'Te lo cambio', sin recibir respuesta. Sigue insistiendo en su pedido y ella dice que tiene miedo.

Ese molestoso ruido crispa mis nervios. Señorita, por favor no se haga la difícil y súbase.

¡Y váyanse!

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